Fase REM del sueño, la etapa en la que soñamos

Al contrario de lo que se pensaba hace muchos años, el sueño no es uno solo que va desde que te quedas dormido hasta que te despiertas, sino que, por el contrario, se divide en múltiples partes.

Una de esas partes es la fase REM denominado así por sus siglas en inglés Rapid Eye Movements, es decir, Movimientos Rápidos Oculares. Por tanto podríamos decir que es una fase en la que nuestros ojos se mueven, algo que sobre el papel nos puede resultar desconcertante pero que responde a los movimientos de vigilia que realizamos cuando estamos soñando, lo cual se produce en esta fase.

Dicha fase también se caracteriza por una reducción del tono moscular en todas las partes del cuerpo, lo cual nos ayuda a soñar vívidamente sin que nuestro cuerpo se mueva, sino que permanezca relajado.

Fases del sueño

El sueño puede dividirse en cinco etapas. En la primera de ellas, denominada fase de adormecimiento, suele durar en torno a diez minutos y es aquella en la que de alguna manera nos resistimos a dormir por lo que permanecemos en estado de vigilia mientras estamos en esta fase.

Durante la segunda fase, llamada etapa de sueño ligero, es aquella en la que nuestros sentidos y nuestros músculos se van desconectando de la realidad y nuestro ritmo cardiaco se va ralentizando.

Pase a llamarse fase de sueño ligero, es bastante complicado despertarnos de esta fase pues en ella se producen momentos de gran actividad cerebral, combinado de otros momentos de menor actividad.

Para la tercera fase, tenemos que hablar de la etapa de transición, siendo ésta una fase muy corta que no llega a los cinco minutos de duración y es aquí en donde la hormona de crecimiento presenta los picos más altos.

La cuarta fase, denominada de sueño profundo es aquella en la que transcurrimos durante el 20 % del tiempo que pasamos durmiendo. Esta es la etapa más importante y mientras más tiempo pasemos en ella, más descansados nos sentiremos al día siguiente. La presión arterial se reduce entre un 10 % y un 30 % al igual que nuestro ritmo respiratorio que también se ve reducido.

Una vez superada esta fase finalizamos el ciclo en la fase REM que es la única en la que soñamos. Esto es así porque la actividad cerebral es muy alta, pero nuestros músculos están totalmente relajados. Cualquier estímulo que recibimos desde el exterior nuestro cerebro lo procesa y lo crea dándole sentido en nuestro sueño.

Cómo afecta el sueño REM a la memoria

Diversos estudios han probado cómo de relacionada se encuentra la memoria con el sueño. Para ello, se ha intentado privar del sueño a personas y animales tratando después de hacerles preguntas de cosas que han transcurrido el día o los días anteriores y se ha comprobado que los individuos que habían sido privados del sueño tenían más dificultad para recordar cosas.

Del mismo modo se ha tratado de enseñar cosas nuevas a personas que hayan descansado plenamente y otras que no hayan descansado en absoluto, comprobando que las personas que habían dormido tenían una mayor facilidad para memorizar aquellas cosas aprendidas.

Sin embargo, aunque los estudios apuntan hacia la idea de una relación intrínseca entre el sueño y el aprendizaje, aún no se disponen de estudios suficientemente amplios como para dejar de ser una hipótesis para convertirse en una teoría comprobada.

¿Por qué a veces recordamos los sueños y otras no?

Ahora que tenemos bien claro que los sueños se producen únicamente en la fase REM, toca mencionar que a ésta fase no acudimos una vez sola durante un sueño, sino que en ella podemos entrar y salir múltiples veces. De hecho, recorremos todas y cada una de las fases anteriormente mencionadas en tan solo 90 ó 100 minutos para luego volver a empezar.

En teoría, el ser humano no debería de recordar absolutamente nada de los sueños ya que no estamos ‘programados’ para así decirlo para almacenar nada durante esta fase ya que en principio no debería haber nada útil que recordar. Sin embargo, el hecho de que a veces sí que nos acordemos se debe al hipocampo, una zona del cerebro que es la encargada de que podamos aprender, comunicarnos y emocionarnos.

Precisamente esta parte del cerebro es tan importante para nosotros que es la última en pasar del lado consciente al inconsciente, por ello, cuando sólo queda ella despierta, por así decirlo, es capaz incluso de hacer que recordemos el sueño que está produciéndose en nuestra cabeza.

La mayor o menor frecuencia con la que recordamos nuestros sueños depende en gran medida de lo tarde o temprano que el hipocampo se desconecta por completo.

El estudio de Seligman sobre los sueños

Seligman estaba convencido de que pese a que estuviésemos dormidos, el cerebro era capaz de captar todo lo que sucedía a nuestro alrededor durante la fase REM. Es por ello que durante la década de los 80 realizó diversos estudios en los que optaba por encender y apagar luces de colores, poner y quitar distintas melodías de forma aleatoria, etc.

Una vez se despertaban los pacientes eran preguntados si recordaban los sueños y si habían recordado ver luces o escuchar las melodías. Ante esto, los pacientes que formaron parte del estudio afirmaron que dentro del sueño todo tenía sentido y que las luces y la música se movían en armonía dentro de él. De esta manera, Seligman, sostuvo la teoría de que nuestro cerebro está entrenado para que todo lo que suceda en el mundo real y que obtengamos por cualquiera de nuestros sentidos tenga sentido para nosotros aún cuando estos estímulos no son coherentes en absoluto.