• Home
  • Publicaciones ISP

¿Qué es el apego evitativo en la pareja?

La manera en la que nos relacionamos con los demás tiene mucho que ver con la forma en la que hemos sido criados. Esa es, al menos, la idea desde la que parten muchas teorías dentro de la psicología, para explicar como de adultos nos comportamos de una u otra forma con las personas que tenemos a nuestro lado. Desarrollamos nuestra conciencia, y tratamos de adaptarnos a cada momento y situación, pero la manera en la que nos vinculamos a los demás profundiza sus raíces en nuestros primeros años. Siempre se dice que la forma en la que hemos sido educados, cuidados y queridos en la infancia nos señalará el camino para nuestras relaciones futuras. Que en muchas ocasiones repetiremos ciertos patrones, porque son los que hemos aprendido de nuestros familiares más cercanos. Por ejemplo, si en casa no se dan abrazos ni se expresan los sentimientos de una manera habitual, es normal que entendamos que esa es la forma habitual de vincularse.

El ser humano se adapta y aprende a través de la experiencia, pero es cierto que a veces cuesta mucho quitarse de encima esa “mochila” con la que cargamos desde que somos críos. Empezando por darnos cuenta de que estamos generando relaciones poco sanas por ciertos conflictos internos que, en realidad, se pueden solucionar fácilmente. Somos como somos, pero eso no impide que podamos trabajar en nosotros mismos para mejorar nuestras relaciones, o nuestra forma de vincularnos. Ocurre que en muchos casos, cuando pasamos por demasiadas relaciones fallidas en poco tiempo, pensamos que estamos teniendo mala suerte, o que hay algo en los demás que no encaja con nosotros. Este pensamiento idealista de sentirnos especiales en todo momento, de no hacer autocrítica, conlleva la propagación de ciertos problemas que, de otra manera, serían fácilmente solucionables. Como los que tienen que ver con el apego y la forma en la que nos vinculamos a los demás, especialmente cuando hay un patrón evidente para todos excepto para nosotros mismos. Hoy vamos a hablar del apego evitativo y lo vamos a centrar en las relaciones de pareja, para explicar mejor este tipo de vinculación.

Leer Mas

Qué hacer si te enamoras de una prostituta

El enamoramiento es una de las emociones más intensas que podemos experimentar. Han sido infinidad de autores, poetas, músicos, literatos y también filósofos los que han hablado de este sentimiento, tratando de explicarlo. Es complicado hacerlo de una manera general ya que cada cual siente el enamoramiento de una forma diferente, y evidentemente, sus circunstancias también son importantes para entenderlo. El contexto en el que nos enamoramos dependerá también de cómo hemos visto ese amor en los demás, desde nuestros padres a nuestros amigos. El cine, la televisión, la música o la literatura también nos han mostrado historias de amor increíbles, en ambos sentidos de la palabra. Maravillosas, llenas de magia y pasión, pero también demasiado perfectas como para darse en el mundo real. La expectativas amorosas suelen terminar chocando contra un muro de realidad que las destroza por completo, pero de esos pedazos puede acabar naciendo un amor auténtico. Enamorarse es algo hermoso, pero también puede ser tremendamente doloroso si no somos correspondidos.

Cada quien busca algo diferente en torno al amor en la otra persona, y a pesar de que suele salir mal, eso de esperar que una relación cumpla nuestros deseos es algo muy humano. Hay personas que, de hecho, entienden la vida solo a través del amor, de ese momento en el que todo parece increíblemente especial. Si no están enamoradas, si no andan con nadie, buscan desesperadamente una nueva relación, una chispa que encienda sus fantasías. Y eso puede llegar a ser muy peligroso, porque tampoco debemos enamorarnos de cualquiera. Para crear una relación realmente fuerte y duradera debe haber confianza, buena comunicación y mucha complicidad. El deseo sexual es otro componente básico, especialmente al principio, porque de lo contrario nos aburriremos rápidamente de esa relación. Buscamos una conexión a nivel sexual, pero también emocional e incluso social. Y nos acabamos fijando en personas que tal vez nos atraen mucho, peor por su situación, no son la pareja perfecta precisamente. Hay muchos hombres que se enamoran de prostitutas, al tener un vínculo que creen especial con ellas, y buscan una relación que no se base solo en el sexo.  

Leer Mas

Abstinencia sexual y sus consecuencias en la salud mental

Después de seis años juntos y de estar a punto de casarse, Marta y Rodrigo decidieron dejar su relación de mutuo acuerdo. Había algo que no terminaba de funcionar entre los dos, incluso después de haberse conocido de una manera tan profunda e íntima en ese tiempo. No había terceras personas, ni infidelidades. La rutina, como tantas veces pasa, había hecho mella en la relación, y poco a poco había ido diluyendo ese amor que sentían el uno por el otro. Al principio no podían estar separados más de unas pocas horas. Después de esos seis años, llegaban a casa y sencillamente se sentaban juntos en el sofá, o dormían en la misma cama, pero casi sin tocarse. La vida les había cambiado, se había vuelto más compleja, más difícil, y en lugar de refugiarse el uno en el otro decidieron alejarse, o tal vez no pudieron evitarlo. Cuando rompieron, llevaban más de tres meses sin sexo, y estuvieron de acuerdo en que aquello ya no tenía solución.

La actividad sexual es uno de los puntos que más unen a una pareja, por más que muchos intenten rebajar su importancia dentro de cualquier relación. Si solo ves el sexo como algo lujurioso y pecaminoso, casi vulgar, no podrás llegar a entender jamás cómo sirve para cohesionar las emociones y los impulsos que sentimos. Porque el sexo va mucho más allá de un simple coito, y puede ser una vía de escape para los problemas de pareja, pero también una forma de conexión como ninguna otra que exista. De hecho, cuando el sexo está fallando en una pareja, todo lo demás comienza a ir mal. La necesidad de ese afecto, de esa conexión intensa entre los cuerpos, se hace imprescindible, por más amor y cariño que haya. Y no ocurre solo dentro de una pareja estable. Las personas que llevan tiempo sin practicar sexo pueden ser más proclives a sufrir problemas como ansiedad, depresión o estrés, además de baja autoestima y limitaciones sociales.

Leer Mas

Cómo saber si eres adicto a la prostitución

La psicología ha ido detectando, a lo largo de este último siglo, numerosas adicciones que tienen un factor común: afectan de manera directa a la vida de quienes las sufren, provocándoles problemas de todo tipo. Estamos acostumbrados a ver campañas contra las drogas, sustancias que provocan una adicción bastante fuerte y que enganchan muy rápido. También sabemos de la adicción al tabaco, al alcohol, que no por ser drogas legales son menos dañinas. Incluso la adicción al juego, o a los teléfonos móviles, está dando mucho que hablar en los últimos tiempos. Nos hemos convertido en carne de cañón para estas adicciones, con una mente débil que parece decantarse siempre por el consumo sin control. De comida, de bebida, de drogas, e incluso de sexo. Y es que hay una enfermedad diagnosticada que nos habla de la adicción al sexo como un problema grave, cuando no podemos controlar nuestros impulsos. Las personas que la sufren están siempre cachondas y no pueden evitar el que esto interfiera en su vida laboral y personal.

La serie Californication, protagonizada por David Duchovny, reflejaba muy bien este problema, aunque es cierto que lo dulcificaba bastante a veces. Puede parecer algo no tan grave, porque al final el sexo no es malo en sí, pero estar obsesionado con él sí que puede llegar a serlo. Si ese deseo intenso e insaciable nos hace dejar de lado otras cosas solo por poder pensar en ello, tenemos un problema. Y el problema se agrava aun más cuando, para poder complacer dicha lujuria, caemos en la tentación de pagar por sexo. La adicción se transfiere entonces a la prostitución, algo mucho más habitual de lo que podríamos pensar en un primer momento. Es doblemente complejo este problema, ya que pocos hombres reconocen abiertamente y en público acudir a los prostíbulos, y tampoco es fácil reconocer una adicción, sea cual sea. La terapia puede ayudar a solucionar este problema que puede afectar gravemente a nuestra vida privada y económica, porque estar enganchados al sexo de pago nos puede salir por un ojo de la cara.

Leer Mas

Ecuanimidad y su importancia en el bienestar

Decía el gran filósofo español José Ortega y Gasset que “yo soy yo y mis circunstancias”, para apuntar a la necesidad de contextualizar nuestro pensamiento, nuestro comportamiento y nuestra propia forma de ser, aludiendo a nuestro entorno, a cómo hemos sido criados, a las vivencias que hemos tenido y seguimos teniendo, que nos van configurando como personas. Lo que nos ocurre, lo que pasa a nuestro alrededor, acaba afectándonos de una u otra forma. A veces de una manera más intensa y decisiva, otras, con una simple llamada de atención sobre un tema en concreto. La resilencia es un concepto de trata de explicar la capacidad por la que somos capaces de adaptarnos a los cambios y conseguir así que no nos afecten tanto cuando se producen. Y muy emparejada con ella, aunque con otro significado diferente, tenemos también la ecuanimidad, un estado mental al que muchos querrían llegar, pero que es tan fácil de conseguir.

Vivimos en un mundo que nos hace estar pensando constantemente en el futuro, con miedo en la mayoría de ocasiones, y también en el pasado, con resignación, por haber cometido errores o por no poder volver a ese momento en el que parecíamos más felices de lo que somos ahora. Añoranza y temor ante lo que vendrá son dos características comunes en nuestro día a día, que por supuesto, nos acaban afectando. Primero que nada, porque afectan a nuestra forma de vivir el presente. Casi nadie se da cuenta de que lo que está viviendo aquí y ahora es lo importante, porque ha sido el futuro que hemos planteado antes y será el pasado que recordemos en un tiempo. Crear un presente de estabilidad emocional es el mejor antídoto para conservar esa entereza frente a todo lo que venga por delante. Y esto se consigue a través de la ecuanimidad, un término que puede parecer utópico en un principio, pero que no está tan lejos como pensamos.

Leer Mas

Hipnosis regresiva ¿cómo de efectiva es?

Todos hemos visto alguna vez una supuesta sesión de hipnosis, aunque sea por la televisión. Sabemos que este tipo de espectáculos están amañados en muchas ocasiones, ya que la persona que sufre esa hipnosis es un actor, o como poco, un compañero del propio mago o hipnotizador. Sin embargo, la hipnosis es un proceso real que se puede llevar a cabo por personas que conocen los secretos de este método, y son capaces de provocar un verdadero esto de mente en blanco en los demás. De hecho, la hipnosis se utilizó como parte del método psicoanalítico con el que Freud fundó la psicología moderna. Ha llovido mucho desde aquello y a estas alturas pocos se fían ya de los resultados de esas sesiones hipnóticas, pero en algunos momentos pueden ser una alternativa muy buena para conocer sucesos del pasado que la mente de una persona podría estar reprimiendo.

Según las propias teorías de Freud, hoy puestas en duda, nuestra mente cuenta con una zona donde se queda grabado todo lo que vivamos, especialmente cuando nos produce una emoción muy intensa. Por ejemplo, un trauma que hayamos sufrido desde pequeños, y que aunque no seamos conscientes de ello, nos afecta de mayores. Ese trauma sigue ahí, en nuestra mente, pero está en una zona a la que no tenemos acceso por nuestra propia consciencia, al menos de manera natural. Cuando el inconsciente toma el control, a través del sueño, o incluso a través de una sesión de hipnosis, se puede acceder a ese tipo de recuerdos, a esos traumas que seguramente explicarían mucho mejor lo que nos está ocurriendo en el presente. Pero, ¿es todo tan sencillo como hipnotizar a una persona y acceder a sus recuerdos mentales? ¿Es realmente eficaz esa hipnosis regresiva o puede llegar a ser peligrosa?

Leer Mas

Hospitales psiquiátricos ¿cómo son estos centros?

Los trastornos mentales y enfermedades que tienen que ver con la estabilidad emocional siempre han llenado de miedo y fascinación a partes iguales. Y es que la medicina solo ha logrado desentrañar los secretos de este tipo de trastornos en los últimos cien años, aportando un poco de luz a lo que antes simplemente se consideraba como una desviación, locura sin más, o en los casos más extremos, incluso posesión demoníaca. Mientras la ciencia seguía avanzando imparable en otros campos, es cierto que en la psiquiatría y psicología tuvimos que esperar mucho más para encontrar una verdadera base que nos sirviese para entender este tipo de trastornos, y poder tratarlos en condiciones. Esto es algo aún más reciente, y es que hasta hace poco, las personas con problemas mentales eran poco más que unos apestados que debían ser recluidos para siempre.

Los manicomios eran lugares terribles donde se enviaba a estas personas, o a cualquiera que la sociedad entendiera que podía padecer una enfermedad de este tipo, ya que por desgracia, muchos acabaron en ellos solo  por tener una orientación sexual diferente. En las últimas décadas, la necesidad de redirigir esos tratamientos hacia la recuperación, y no tanto hacia la reclusión de los pacientes, ha generado también la aparición de los hospitales psiquiátricos, la versión moderna de esos antiguos manicomios, donde el trato a los pacientes es infinitamente mejor y se busca solventar sus problemas, en lugar de ocultar a esas personas de

Leer Mas

¿Qué pasa al morir en nuestro cerebro?

El cerebro siempre ha sido una de las partes más fascinantes del cuerpo humano, porque entendemos que es el órgano que nos permite ser como somos, pensar, razonar, entender las cosas y conseguir llegar a donde estamos ahora mismo. Desde propio descubrimiento del fuego a los últimos avances en microbiología, el cerebro nos ha ayudado a desarrollar nuestra cultura, nuestra sociedad, otorgándonos esa inteligencia que parece única para el ser humano, al menos a este nivel. Desde hace siglos estamos intentando estudiar todo lo que tenga que ver con nuestro cerebro, sobre todo en las últimas décadas a través de la neurología, sin embargo, nos encontramos ya de entrada con una paradoja interesante: ¿podemos conocerlo todo sobre el cerebro estudiándolo con el propio objeto de estudio?

Tal vez sea esa barrera uno de los motivos que ha hecho que todavía no sepamos tanto sobre el potencial cerebral que tenemos, y que sin lugar a dudas se está desarrollando. ¿Somos cada vez más listos? ¿Evoluciona también el cerebro humano? Estas preguntas se tratan de responder a través de estudios e investigaciones que se llevan a cabo desde hace décadas, buscando respuestas, soluciones a esos misterios que siempre nos han llamado la atención. Antes se creía firmemente que el alma o la conciencia vivían en el pecho, en el corazón, o incluso por todo el cuerpo. Ahora sabemos que es nuestro cerebro el que genera todo ese potencial, y esto nos lleva a investigar qué ocurre cuando nuestro cuerpo deja de darle soporte vital y muere. ¿Es la muerte cerebral definitiva? ¿Podemos saber, a través de nuestro cerebro, que estamos muriendo?

Leer Mas

Tumor cerebral ¿hay forma de prevenirlo?

A veces, las personas más sanas pueden sufrir ataques repentinos que les hagan perder todo por lo que habían peleado. Hombres y mujeres que se han llevado toda la vida cuidándose, que no han fumado, no han bebido y han llevado una alimentación sana, así como una buena actividad física, de repente sufren un ataque o son maldecidos con un cáncer que pone sus vidas en peligro, si es que no se las lleva directamente. Los tumores cerebrales, por ejemplo, suelen afectar a personas que no están enfermas, sino todo lo contrario. Personas completamente sanas que, de un día para otro, empiezan a sentir síntomas extraños que tienen que venir con el crecimiento de una masa de células anormales en el cerebro.

Normalmente, los tumores cerebrales se pueden dividir en dos categorías. Los primarios son los que se crean dentro del propio cerebro, se originan allí y si no se tratan pueden seguir creciendo, hasta provocar un malestar evidente en el paciente y un mal funcionamiento de su cerebro. También están los secundarios, que son tumores que han crecido en otros lugares y han llegado al cerebro, a través de la metástasis. Estos son más complejos de curar porque su expansión suele ser bastante rápida. El problema es que esos síntomas aparecen cuando la enfermedad ya ha empezado a reproducirse, y parece complicado encontrar una manera de prevenir que eso ocurra, porque al contrario de otras enfermedades de este tipo, no hay todavía causas externas que la provoquen, y que podamos evitar.

Leer Mas

Agorafobia, un trastorno más común de lo que puedas imaginar

Los trastornos y problemas que se crean en la mente suelen ser incluso más peligrosos de los físicos, porque llegan a un nivel más profundo  y complicado de tratar. Hay fobias que son totalmente comprensibles, y otras que son algo más extrañas, y aun así, mucho más comunes de lo que podríamos imaginar. Hay quien le tiene miedo a la oscuridad o a las alturas, que son algo lógico, pero también quien les tiene miedo a los espacios abiertos, sitios de donde puede ser complicado escapar en una situación peliaguda. Eso es justamente lo que expresa la agorafobia, un trastorno que puede llegar a ser muy peligroso para aquellas personas que lo sufren, ya que les impide tener una vida normal, sobre todo si no lo pueden controlar.

Una forma de miedo que se inocula en nuestra mente y que nos hace sufrir de angustia y terror en determinadas situaciones que para cualquiera son normales, pero que a nosotros nos causan auténtico pavor. Pueden ser conciertos en salas cerradas con una granmultitud a nuestro lado, o también en espacios abiertos donde en realidad estamos solos y no podemos pedir ayuda. Ese punto también es importante a la hora de entender el problema, el de la incapacidad para ser ayudados en una situación concreta, que también puede derivar en agorafobia. Es un trastorno que afecta a millones de personas en todo el mundo, y aunque se puede tratar, suele ser crónico, hay que aprender a convivir con él. Leer Mas